Juan Lacarra, secretario general de ANESAR, participó en la Comisión para informar sobre el proyecto de Ley del Juego de Cantabria.
Lacarra hizo una radiografía de los empresarios de la Comunidad Autónoma, despejando la falsa imagen de ser grandes multinacionales con sedes en Gibraltrar. Se trata, mayoritariamente, de empresarios locales que viene desempeñando su trabajo desde finales de los años 70.
Puntualizó que "somo salones y no casas de apuestas" y apuntó que el número de salones de Cantabria estaba por debajo de la media nacional. "El mapa de Cantabria no representa ninguna particularidad", destacó. Respecto al proyecto de ley dijo que era una norma "necesaria y oportuna porque han habido cambios". Pero advirtió: "la clave es regular y no prohibir".
Analizó diferentes cuestiones. Declaró que es una ley excesivamente reglamentista por la definición de las distancias. Muy prolija en la normativa de publicidad y una "ley en donde se imponen restricciones y se está impidiendo crecer a un sector". Además de impedir cualquier cuestión relacionada con las promociones.
Revisó el tema de las distancias (500m sobre centros de salud mental y escolares) y la falta de coherencia de esta medida porque puestos a salvaguardar a los menores se deberían alejar todos los negocios prohibidos para los más pequeños (estancos, supermercados que venden bebidas alcohólicas, …).
"Con estas medidas restrictivas se está vaciando de contenido la posibilidad de la Ley de trasladar los establecimientos de juego en el mismo municipio", señaló Lacarra. Aboga porque se permita un único traslado con las condiciones del momento de concesión de la autorización.
Lacarra también solicitó las autorizaciones indefinidas y no temporales. "Con esto no queremos blindar las autorizaciones porque existen medidas cautelares de revocación". Otro aspecto analizado fueron las sanciones cuyo importe se ha incrementado en el nuevo texto. "Queremos las que estaban", matizó el secretario general de ANESAR.